LUCES, CÁMARA.... ¡ACCIÓN!: CONFLICTOS EN EL AULA
Para tratar esta entrada, voy a partir de mi experiencia dando clase de francés a un grupo de chicos de una residencia de estudiantes de Valladolid. Con el transcurso de las clases, yo tenía la sensación de que uno de los alumnos que tenía –y por qué no decirlo, uno de los más avanzados y aplicados– se encontraba más y más incómodo en presencia de su grupo; pero como aún me faltaban datos, opté por ni siquiera preguntarle y estar ojo avizor a partir de ese momento. Así, comencé a llegar unos cinco minutos antes de la hora normal y me encontraba escenas que no me cuadraban nada con la existencia de un supuesto problema: los chicos “guays” del grupo se reunían alrededor de la mesa de este alumno y siempre me los encontraba conversando. Como seguía con la sensación de que se me escapaba algo, urdí un plan: Avisé al conserje de que estábamos realizando un estudio sobre las conversaciones que mantienen los jóvenes, así que le pedí unas cuantas cosas. Le dije que