MÁS "MERLÍS", POR FAVOR
Creo
que todos los que hemos visto la serie de televisión “Merlí”, coincidimos en
que se plantea un tipo de tutor ideal, un tutor que a todos nos habría gustado
tener. Merlí encarna los valores –muchas veces ausentes o imposibles de llevar
a cabo– que hacen de un docente un buen docente; de un buen docente, un docente
eficaz; y de un docente eficaz, un verdadero maestro.
Un
tutor debe, en primer lugar, ser un bastión de respeto, comprensión y
sinceridad, un estandarte de carisma, de energía, de ansias de aprender. Debe
hacer ver que de verdad le apasiona enseñar, y que le apasiona que sus alumnos
aprendan. Debe ser un modelo de civismo –preferentemente– y debe mostrar su
capacidad y su empeño para que la sociedad funcione.
En
resumen, un tutor debe ser “Merlí”, pero no tan “Merlí”.
Comentarios
Publicar un comentario